E inmediatamente, vamos al grano. No hemos disfrutado, por unas cosas u otras, de grandes viajes en los últimos meses, aunque desde luego hay cosas que contar y algunas de las muchas fotos que tenemos, que vale la pena enseñar.
A principios de diciembre de 2009, después de pasar un otoño bastante tranquilo, con bastante trabajo, pero repito, muy tranquilo, surgieron unas maravillosas vacaciones que nos llevaron a toda la familia (es decir, a los tres de casa) a Suiza. Repetimos en Grindelwald, en el Bernese Oberland (en las tierras altas de Berna), donde pudimos vivir de forma muy personal la primera gran nevada de la temporada. Estuvo dos días nevando casi sin parar, y se acumuló más de un metro de nieve.
A principios de diciembre de 2009, después de pasar un otoño bastante tranquilo, con bastante trabajo, pero repito, muy tranquilo, surgieron unas maravillosas vacaciones que nos llevaron a toda la familia (es decir, a los tres de casa) a Suiza. Repetimos en Grindelwald, en el Bernese Oberland (en las tierras altas de Berna), donde pudimos vivir de forma muy personal la primera gran nevada de la temporada. Estuvo dos días nevando casi sin parar, y se acumuló más de un metro de nieve.
A esta foto, más que expresiva, me remito:
Después de tanta nieve, se hizo necesario desenterrar de la nieve el coche, ya que de otro modo no podíamos desplazarnos, dada la magnitud de la nevada. Fue divertido, simpático, y tuvo bastante menos transcendencia de lo que se puede imaginar, ya que estábamos de vacaciones, y no había ni prisas ni una necesidad imperiosa de usar el coche. De hecho, estuvimos dos días enteros observando cómo nevaba, y descansando después de varios meses de trabajo casi sin descansos.
Otra foto en la que se puede ver que nevaba, y era hasta difícil para 'la todoterreno' andar por el bosque. De todas formas, el recuerdo que nos queda, es precioso e inolvidable.
Después de tanta nieve, se hizo necesario desenterrar de la nieve el coche, ya que de otro modo no podíamos desplazarnos, dada la magnitud de la nevada. Fue divertido, simpático, y tuvo bastante menos transcendencia de lo que se puede imaginar, ya que estábamos de vacaciones, y no había ni prisas ni una necesidad imperiosa de usar el coche. De hecho, estuvimos dos días enteros observando cómo nevaba, y descansando después de varios meses de trabajo casi sin descansos.
Otra foto en la que se puede ver que nevaba, y era hasta difícil para 'la todoterreno' andar por el bosque. De todas formas, el recuerdo que nos queda, es precioso e inolvidable.
No solamente estuvimos en el preciosísimo valle de Grindelwald, sino que exploramos otras regiones de los Alpes, y todo estaba igual de nevado y de ídilico. Una última foto, del valle de Kandersteg, donde los bosques son también preciosos...
Como se puede ver, una auténtica aventura bajo la nieve, que no hace más que aumentar el aprecio que tenemos a lugares como Suiza, donde todos disfrutamos de la naturaleza en su estado más bonito.
Un abrazo enorme. ¡Esperamos que os gusten las fotos!
El clan Boo.
El clan Boo.
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